Las hipotecas estrangulan la economía familiar

Thomas Jefferson

La semana pasada recibí un correo electrónico de un amigo que me hizo reflexionar sobre cómo, a veces, si nos fijamos bien y analizamos detenidamente el conjunto de factores, podemos llegar a predecir los acontecimientos mucho antes de que sucedan. Pero claro está, como dice el refrán: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.  

El mencionado e-mail contenía una cita de uno de los primeros y más importantes liberales norteamericanos: Thomas Jefferson. Quien fue Presidente de EEUU entre 1801 y 1809. Redactó el borrador de la Declaración de Independencia, marcado por su exaltación: de la democracia; igualdad; del derecho de los hombres a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.  Defendió también la tolerancia religiosa y la enseñanza pública igualitaria. Luchó por la abolición de la esclavitud aunque sin éxito. Y durante su mandato trató de implementar sus creencias fundamentadas en la necesidad de limitar el poder del Estado para salvaguardar la libertad.

Ciertamente, durante unos días sólo pensé en las palabras de este expresidente norteamericano, que cual vocablos de Nostradamus es hoy cuando alcanzan su absoluto significado. Advirtiéndonos ya en 1802 del peligro que corríamos si los bancos privados llegasen a controlar la moneda nacional, siendo la consecuencia final que un día lo perderíamos todo en beneficio de ellos. 

Y esta mañana nos levantábamos con la triste noticia de que las asociaciones de consumidores estimaban que en el presente año 800.000 familias españolas se encontrarían con problemas para hacer frente a los pagos de sus hipotecas. Como resultado del aumento del paro, la imposibilidad de encontrar un nuevo trabajo y el fin de las prestaciones por desempleo. El desencadenante es que después de no abonar entre tres y seis mensualidades de nuestro préstamo, las entidades financieras inician el proceso de ejecución, y si no se liquida la deuda pendiente en un periodo normalmente de nueve  meses, se subasta el inmueble. Quedando el desahuciado no sólo sin un techo bajo el que cobijarse, sino sin dinero para subsistir.

Por si estas noticias no fuesen lo suficientemente negativas, igualmente nos informan de que de las propuestas hechas en Noviembre por el Ejecutivo nacional, concernientes a una ayuda de hasta dos años para sufragar el 50% de las cuotas para desempleados o autónomos, con créditos suscritos por un importe no superior a los 170.000 €,  estamos a finales de Marzo y sólo 56 parados se han acogido a ellas.

Y mientras los directivos de instituciones beneficiadas económicamente por los Estados para rescatarlas de la bancarrota, quieren cobrar bonificaciones millonarias y escandalosas. El ciudadano de a pie se queda sin casa donde vivir y a ellos los premian por su mala gestión, inyectando fondos para su salvación. ¿Es justo?

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