Liderazgo, credibilidad, seguridad y confianza, imprescindibles para gobernar

Maletín 

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Ahora más que nunca son necesarias ciertas habilidades en nuestros líderes, para poder afrontar satisfactoriamente la época vigente. Deben ser creíbles, transmitirnos seguridad y confianza en que mantendrán nuestro estado de bienestar social. Requieren de conocimientos suficientes para trabajar en contextos de incertidumbre permanente, como se le pide a cualquier directivo empresarial. Han de poseer no sólo una excelsa cualificación, sino también aptitudes como: trabajo en equipo, Don de Gentes, agilidad en la toma de decisiones, capacidad para soportar una fuerte presión, grandes dosis de escucha, permeabilidad a las nuevas tendencias,…En definitiva, precisamos de sobresalientes ejecutivos, puesto que administran los bienes de todos los españoles. ¿Es esta la realidad de nuestro país?

Durante la etapa de Transición participaron ilustres profesionales liberales, dejando huella tanto en la Cámara Alta como Baja de irrepetibles intervenciones. Pero con el paso del tiempo, los grandes partidos políticos primaron más la disciplina y lealtad al Presidente de cada organización, que el intento de atraer a los mejores en las diferentes materias. Y paulatinamente, esto ha desencadenado en otorgar cargos públicos no en base a méritos para el puesto en cuestión, sino atendiendo a principios como: sumisión y favores a la causa.

Según la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público el personal directivo se designará considerando su competencia e idoneidad. Siendo ineludible la exigencia de eficacia y eficiencia en su gestión. Controlándose los resultados en relación con los objetivos que les hayan sido fijados. ¿Cuántos Directores Generales conocemos que sean especialistas en la disciplina capitaneada? Los hay, por su puesto, de una gran valía, no vamos a generalizar, pero existen otros cuya relación con el ramo tiene la misma similitud que un huevo a una castaña. Ni que decir tiene de consejeros y viceconsejeros. Bueno y lo de los concejales, mejor ni hablar, pues aún se sigue seleccionando a determinados candidatos por el número de familiares que les pueden votar, o por su grado de popularidad en la localidad donde residen. Empleando como baremo de estudio, su estimación en el bar del pueblo, que como no fuera para realizar un informe del impacto del alcohol en el metabolismo humano, no alcanzo a comprender en qué beneficiaría esto al futuro gobierno municipal. El personaje cinematográfico de Torrente tenía en ciertos casos mejor talante que alguno de estos individuos. Y que nadie se sienta aludido, existen sobresalientes concejales, pero debemos reconocer que otros más bien recuerdan a sujetos propios del siglo XIX.

En la tesitura vigente es imprescindible lograr garantizar nuestra competitividad en el panorama global, y con administradores así, ¿cómo se supone que lo vamos a conseguir? ¿Por inspiración divina? Lo peor es que gran parte de estos políticos están llenos de inseguridades, motivadas principalmente por sus múltiples carencias, que ocultan con un modelo de mandato caracterizado por el autoritarismo y ausencia de diálogo. O comenzamos a pensar en cambiar esta tónica o no podremos alcanzar el óptimo desarrollo nacional.

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