Internet, información libre para una sociedad libre

Teclado de ordenador 

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Internet posibilita que las minorías transmitan sus teorías, de una misma noticia pueden aparecer diferentes maneras de interpretarla, transcritas según la ideología del redactor, actualizada con una impensable hasta ahora inmediatez. Información libre para una sociedad libre en la red. Incluso los dictadores más deleznables ven reescritas sus biografías, con multitud de adeptos a sus peculiares políticas. Por muy rara que sea la afición de un individuo con toda probabilidad habrá alguien en el planeta que la comparta, pudiéndola explicar a otros en: foros, chats, blogs…Eso si, no todo lo expuesto se basa en una fuente exacta.

Las redes sociales han hecho que el periodismo que conocíamos fallezca para renacer cual ave fénix de una manera totalmente distinta, donde el lector interactúa con las noticias, llegando incluso a proponer las materias más interesantes para editar. Nace el concepto de periodismo ciudadano, caracterizado porque el redactor se convierte en mero catalizador de la sinergia colectiva. Ya nada se hará de espaldas al cliente sino atendiendo a sus gustos o preferencias, monitorizados por los consultores en el ciberespacio, creando estudios de mercado a muy bajo coste y sumamente precisos. La socialización es tal, que en algunos casos la gran mayoría de los contactos personales se establecen en este canal, puente incluso para relaciones sentimentales, no siendo la belleza el valor determinante para la elección de pareja. Si Cyrano de Bergerac renaciera, reafirmaría su creencia de que “a una mujer se le conquista por la palabra”, y esa nariz que desequilibraba su rostro armónico carecería de importancia alguna, ya no sería como dijo Quevedo “un hombre pegado a una nariz”, sino simplemente un ser rebosante de creatividad y locuacidad.

Erradicará las desigualdades por razones geográficas, de religión o de sexo, independientemente del lugar en que se habite se podrá acceder a la red e intercambiar sabiduría. Una premisa que se ha mantenido de generación en generación es que el conocimiento es poder, e Internet lo facilitará igual a ricos o pobres, residentes en el primer o tercer mundo. La educación ya no estará destinada a unas minorías, cualquier materia podrá ser asimilada de la misma forma por un estudiante de la más remota aldea que por otro que viva en la gran ciudad. Los portales formativos virtuales mantienen unos niveles pedagógicos similares a los presenciales, pudiendo contactar prácticamente en tiempo real los docentes con los discentes, y estos últimos entre sí. En el ramo de la medicina los facultativos mejorarán sus diagnósticos, consultándolos en línea con los líderes del gremio. La tecnología y avances científicos ayudarán a que los países subdesarrollados dejen de serlo.

Nos guiará hacia la sostenibilidad medioambiental. La utilización del papel aminorará, reduciendo la tala de árboles. El teletrabajo, fomentado por los incentivos gubernamentales dirigidos a las empresas que lo establezcan en sus plantillas, evitará la emigración, el éxodo rural y la congestión de las grandes ciudades. Permitirá el acceso laboral a personas discapacitadas, o con problemas de dependencia de algún familiar. Con una intranet los trabajadores, localizados a una considerable distancia geográfica, alcanzarán la consecución de objetivos fijados por las entidades. Enriqueciendo su calidad de vida y permitiendo la conciliación familiar. La empleabilidad aumentará, dándose el caso de ser contratado por una multinacional un residente de una pequeña aldea, que en su tiempo libre se dedica a cuidar sus cultivos ecológicos para consumo propio. Consecuentemente al bajar el uso del transporte móvil descenderán las emisiones de CO2.

Quizás con Internet se haga cierta la denominación “ciudadano del mundo” y el derecho fundamental, de que todos los hombres somos iguales. Quedando totalmente obsoletos los epítetos: primer mundo, tercer mundo. Una visión global que acarreará mayor democratización, tolerancia y libertad, haciéndonos impermeables a los objetivos de las castas poderosas que luchan por su única supremacía. ¿Utopía o realidad? Dicen que las utopías de hoy serán las realidades del mañana. La liberación será posible sólo con la revolución, pero para ella no se emplearán armas, sino la tecnología y el conocimiento. Un futuro grande y mejor se divisa en el horizonte, e Internet es el general que nos conduce hacia él, mostrándonos todos los colores posibles de un mismo objeto, hasta ahora imperceptibles para el ojo humano.

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