El complicado entramado reglamentario ahuyenta al inversor

Fuengirola 

Fuengirola, Marbella. Málaga. (www.euroresidentes.com)

Vivimos en un mundo súper competitivo, mediático y global, donde cualquier incidencia acaecida en un punto del planeta rápidamente tiene respuesta en el resto.

Ejemplo clarificador es el origen de la vigente desestabilización económica. Que supuestamente nace del ansia de los bancos estadounidenses por obtener mayores beneficios. Con un interés muy bajo en aquellos momentos, era necesario sacar de la chistera un mecanismo que se tradujera velozmente en una alta rentabilidad. En base a este pensamiento se fraguó la idea de “las hipotecas subprimes”, concedidas a personas sobre las que existía una duda razonable de que las pudiesen pagar. Pero como se preveía que las propiedades se seguirían revalorizando, aunque el banco las tuviese que embargar, ganaría una atractiva plusvalía, más el altísimo interés que les cobraban a estos clientes por la suscripción del crédito, coloquialmente denominados “ninjas”. El problema estaba en que para obtener una mayor ganancia debían incrementar la concesión de préstamos y pronto se acabó su liquidez. A partir de ahí requirieron  ir a la venta de obligaciones en el mercado internacional, con el objeto de conseguir financiación, diluyendo, según parece, esas hipotecas otorgadas a los “ninjas”, con otras de personas de acreditada solvencia. Las entidades financieras que adquirían estos paquetes, estaban ajenas a su verdadera composición, quedando así infectadas prácticamente la totalidad mundial. El crack se produjo cuando se pinchó la burbuja inmobiliaria, los «ninjas» no hacían frente a las cuotas adeudadas y las viviendas bajaban de precio. Pasando el resfriado norteamericano a ser pulmonía en todo el globo terráqueo, con consecuencias aún de incierta cuantificación. Pero a pesar de todo, lo más probable es que dentro de unos años se emplee este hecho para explicar nítidamente el concepto de globalización.

El contexto presente incentiva igualmente la concentración empresarial. Para reducir costes, mejorar el rendimiento por el volumen de ventas, posicionar la marca a través de valores diferenciadores, irrumpen las gigantes multinacionales. Por citar un sector, en el turístico, concretamente en el área de la turoperación casi se reparten el mercado europeo dos compañías: TUI y Thomas Cook. También las grandes firmas hoteleras incorporan nuevos activos, siendo las pequeñas absorbidas por éstas, ya sea a través de adquisición, gestión, franquicia, alquiler,…El mismo camino, según se deduce de los recientes sucesos, lleva la industria automovilística. O los propios bancos, donde las fusiones han dado jugosos titulares de prensa.

La tarta se reparte entre tres o cuatro sociedades mercantiles, que operan en multitud de países, quienes padecen un verdadero quebradero de cabeza al tener que atender a diferentes reglamentaciones nacionales, o en distintos lugares de un mismo Estado. Así en España cada Comunidad Autónoma legisla de modo desigual en diversas materias, a tenor de las competencias que tengan transferidas. Con mención destacada para la jurisprudencia Civil de aquellas regiones que ostentan derechos especiales o forales: Galicia, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares. Si hablamos de urbanismo, para reformar o construir un establecimiento alojativo habría que estudiar, el Plan General del municipio en cuestión; las directrices de Cabildos o Diputaciones; la de las Comunidades Autónomas junto con la norma sobre Turismo, y la ley del Suelo estatal. En definitiva si los porcentajes en un negocio son cada vez más exiguos súmale el desembolso de las minutas de todos los abogados, economistas o profesionales liberales especializados en cada asunto. Y puede ser que lo tramites todo oportunamente, te otorguen la preceptiva licencia, comiences la actividad, venga uno te denuncie y a los cinco años, por poner un número, el Tribunal Superior Autónomo le de la razón al demandante y te obligue al cierre. ¡Ah!, y se me olvidaba, añade la posterior batalla en los tribunales para exigir las indemnizaciones correspondientes.

Más contradictorio es, si cabe,  que cuando las entidades públicas destinan cantidades ingentes para promocionar la emprendiduría como forma de autoempleo, los valientes que se arriesguen queden paralizados en el entramado burocrático. Sufragando un autónomo, gastos de constitución, y sin poder abrir las puertas de su comercio porque su permiso de apertura está esperando resolución, en concretos supuestos anecdóticos hasta dos años. Pendiente por: informe técnico, jurídico, porque la secretaria municipal no lo ha pasado a la Comisión de Gobierno, o porque la corporación lo ha dejado aplazado para una próxima reunión. Historias que se repiten diariamente en cualquier Ayuntamiento. 

Para atraer el capital inversor, que genere riqueza y puestos de trabajo, no resulta ser lo más atractivo esta excesiva reglamentación y burocratización. Al contrario, más bien se presenta como un elemento disuasorio, que hace a los empresarios darse media vuelta y echarse a correr en dirección a países donde les pongan las cosas más fáciles, claras y comprensibles. 

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