En los últimos tiempos, el devenir del sector inmobiliario ha llevado a que los bancos hayan encontrado con un alto stock de viviendas que deben comercializar. Así, los bancos necesitan desprenderse de estos activos, y en el mercado actual hay pocos compradores. Todo ello apunta que comprar una vivienda a un banco sea una operación rentable.
En primer lugar, a cartera de pisos que poseen los bancos crece con lo que deben acabar con esos activos para lograr la tan necesaria liquidez. Así, los bancos pueden optar por bajar los precios y que el stock vaya rotando.
Además, se obtendrá la hipoteca más fácilmente. Actualmente, comprar pisos de bancos es la vía más sencilla par conseguir la financiación pues los bancos conceden con mayor facilidad una hipoteca para adquirir una vivienda de su propia cartera. Encima, la financiación puede ser del 100% o incluso superior, cuando hoy en día la mayoría de los bancos no dan más del 80/%. También, se ofrecerá un largo plazo de amortización, de hasta 50 años (lo normal son 30, como máximo 40); el pago será flexible, por ejemplo, a través de una carencia de capital.
Por último, el banco asume parte de los gastos de la operación hipotecaria. Algunos gastos, que en principio no se tienen en cuenta y que incrementan el importe de la operación ya están resueltos por parte el banco. El ejemplo más claro de ello es que la tasación esta abonado de antemano por el propio banco.
Por todo ello, se trata de una operación rentable, pero hay que estar seguro de ella e informarse bien de todo antes de firmar nada. Y nunca está de más mirar las ventas de pisos en varios bancos no solo en uno; las condiciones pueden variar de uno a otro.